Sociedad

Brizuela: “Yo no tengo miedo, estoy luchando por la memoria de mi hijo”

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Escrito por Gloria Aleman

A casi dos meses, una madre pide justicia por la muerte de su niño de cuatro años en el Hospital Pediátrico Zin. Se considera como un supuesto caso más de mala praxis que se suma a las otras 22 denuncias desde el año 2012. En entrevista con “El Diario de Malvinas”, relató sobre los hechos que le ocurrieron a su hijo.

Jonatan Zarn tenía cuatro años y vivía en barrio El Primaveral de la localidad de Pablo Nogues. El 8 de diciembre del año pasado jugando con su tío de nueve años de edad se le explotó un aerosol provocándole quemaduras grado A-B-A en el 30 por ciento de su cuerpo. Mariana Brizuela, su madre, manifestó que su hijo fue trasladado al Hospital Pediátrico Claudio Zin, considerado hasta ese momento por ella como el mejor establecimiento de salud. Allí, Jonatan estuvo internado una semana hasta que falleció por un paro cardiorespiratorio traumático, según informó el forense. De esta manera, la familia Zarn levantó una denuncia en la comisaría de Grand Bourg. Actualmente son representados por el Doctor Jorge Cancio, quien informó que desde el caso de la niña Celeste Morales, se realizaron 22 denuncias más al sistema de salud de Malvinas Argentinas.

-¿Qué pasó el 8 de diciembre con Jonatan?
-El 8 de diciembre, él entró con unas quemaduras de cabeza a los pies y lo internamos en el Hospital Pediátrico Zin. Lo atendieron rápido y le hicieron baños de agua fría. Conmigo no se dejaba poner el suero, pero si con el papá. Mi hijo pasó de shock room a terapia, entonces quedó todo el domingo a la noche hasta el lunes después del mediodía. Desde que entró al hospital le decía a los doctores que le dolía la garganta y la panza. Lo único que toleraba era los yogurts fríos y los líquidos, y nada más. Nosotros le decíamos a los médicos pero ellos nos decían que era por las mismas quemaduras externas. El miércoles a la mañana se le hinchó la mano porque se le infiltró la vía. Se la sacaron. Entonces, el jueves a la noche, le colocan la vía central. Desde el día que entró hasta el viernes, llamaban al otorrino laringólogo y al oculista para que venga, pero ninguno se presentó. El otorrino se presentó, recién cuando a él le estaban por hacer la limpieza. Al nene le tenían que poner anestesia que sólo duró para la limpieza y no para lo demás. Entonces, el otorrino dijo: “¿Para qué me llamaron?”. Y fue una bronca e impotencia.

-Luego ¿Cómo sucedieron los hechos?
-El sábado 14, yo lo dejo bien a mi hijo ya que me tuve que ir a mi casa para ver a mis otros hijos. Mi hijo estaba bien, te hablaba, se comunicaba por teléfono, jugaba y hasta lo peleaba al abuelo. El domingo 15, llego a las 14 horas, y al entrar a la habitación encuentro a mi hijo con oxígeno. Le digo a mi sobrino que estaba ahí: “¿Qué pasó?”. Y me responde: “Tía hoy a la mañana temprano, amaneció con el pulso bajo y los médicos le pusieron el oxígeno”. A las 11 y media de la noche, le agarra una crisis de nervios de que quería regresar a su casa. Y a la 1:30 de la madrugada, vienen los de rayo hacerle la placa, después de todos esos días que estuvo internado, recién en ese momento le hicieron la placa. Luego, a las 4 de la mañana le veo una mancha de sangre debajo de la cabeza pero seca. Como toda madre se me dio fijarme la vía central y se le estaba saliendo. Llamo a las enfermeras y me dicen que tenía una pelota de infección. Avisan al médico que lo estaba atendiendo y lo trasladan a terapia. El doctor me avisa: “Tengo que sacarle esa vía central, cortar la punta y mandar al laboratorio, y tengo que ponerle otra en la ingle sino al nene no le puedo pasar el medicamento”. Lo único que le daban a mi hijo era morfina y dipirona. A todo esto, por la tanta morfina que le daban ya le dolían los huesos. No se podía mover ni hablar. A las casi 5 de la mañana, lo ponen en terapia. Ahí ya no pude entrar, tuve que esperar. En seguida llamé a mi familia para avisarle que él había empeorado. Después los doctores me avisan que a Jonatan le había agarrado neumonía. Cuando le hacen la placa, yo le había preguntado al médico si había salido algo como para que tenga semejante dificultad. Me dice que no, que no había nada anormal como para que a él le dificulte respirar. Antes de que le pusieran el respirador, estuve con él y le dije: “Le pedí que por favor aguantara, que si él salía de ahí íbamos a ir casa”. Ese fue el último momento que yo lo ví con vida. Cuando salgo, me vuelven a llamar para que firme los permisos, y lo firmo. Salgo un ratito del hospital, y me avisan que tuvo un paro respiratorio. Y esa fue mi peor desesperación. Al saber que mi hijo se me iba. Llega mi marido, nos pusimos muy mal, hasta que al final nos avisan que mi hijo había fallecido a las 7 y media de la mañana del 16 de diciembre.

– ¿Cómo fueron los trámites?
– Ellos querían que haga todo en el día. Después me mandan a Acción Social con mi documento para hacer todos los papeles para la cochería de la municipalidad. Cuando voy a este lugar me dicen que me tenían que dar un certificado de óbito en el hospital. Voy a administración del hospital, y la chica me da el original, y ella me tendría que haber dado una copia. Cuando vuelvo para retirar el cuerpo, la policía intervino. Además, la jefa de administración quiere a toda costa el certificado de mi hijo, y se lo lleva. Al irse con el papel, mi marido se lo saca, y la mujer se le tira en sima y le rasguña todo el brazo, todo para sacarle el certificado de fallecimiento. Voy y hago la denuncia por todo lo que había pasado. Y yo no había prestado atención que en el certificado dice “paro cardiorespiratorio no traumático”. Yo contrate otra cochería que se encargó de hacerle la autopsia en ciudadela, el día 17. Ese mismo día velan a mi hijo. Me entregan el certificado que hizo el forense, y dice: “paro cardiorespiratorio traumático”. Y ahora la historia clínica está secuestrada.

-A partir de la denuncia que realizaste ¿Recibió amenazas?
-La persona que recibió las amenazas fue mi marido. Y él no me quiere contar. Hay muchas cosas que él se reserva para no ponerme mal a mí, no me dice nada. Porque yo enseguida me pongo nerviosa por él y los chicos.

-¿Qué mensaje le diría a otras familias que pasaron por esta situación?
-Me contaron que hay mucha gente que no quiere hacer la denuncia, yo les digo que no tengan miedo. Porque es la vida de sus hijos, lo que se llevan. Yo les dije que no, que yo no tengo miedo, estoy luchando por la memoria de mi hijo.

Sobre el autor

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Gloria Aleman

Todavía sigo siendo una estudiante de la carrera de ciencias de la comunicación en la Universidad de Buenos Aires. A mediados del 2012, me convocaron para formar parte de un nuevo medio de comunicación local. Y así nació El Diario de Malvinas. Feliz de haber sido parte de un proyecto que hoy ya es una realidad.

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