En el marco de una iniciativa de investigación y desarrollo que busca solucionar problemas, necesidades sociales, económicas o del mercado, un Proyecto de Desarrollo Tecnológico y Social (PDTS) presentado desde la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) fue seleccionado por el Consejo Interuniversitario Nacional junto a la Unión Europea para optimizar un prototipo diseñado originalmente para la Antártida para la producción de vegetales en condiciones controladas mediante el cultivo hidropónico a escala de agricultura familiar.
Con el trabajo mancomunado dirigido por el doctor Martín Díaz, junto a un equipo multidisciplinar de investigadores de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNLaM, y el INTA Estación Experimental de Río Gallegos, con la coordinación del ingeniero Jorge Birgi, se espera brindar a la sociedad la posibilidad de acceder, mediante el cultivo a escala local, a una mejora en la alimentación y en el acceso a los alimentos.
En consecuencia, se buscará transformar un módulo antártico que contiene vegetales en un electrodoméstico parecido a una heladera para hogares de familia. De ese modo, alguien que está en una casa puede llegar a hacer cultivar vegetales sin necesidad de suelo.
La UNLaM, a través de sus investigadores y un equipo multidisciplinar en áreas de economía social, informática e ingeniería, aportará herramientas necesarias, como desarrollo de tecnología e innovación, soporte informático, el sitio web, aplicaciones y estudios sobre dónde puede ser viable este trabajo.
“El proyecto, con el prototipo que tiene el INTA en mente, permitirá que algo que era un contenedor con vegetales en Antártida pueda transformarse en un electrodoméstico de hogar que pueda darte la posibilidad de producir autocultivo, en la agricultura familiar”, destacó Díaz, quien además agradeció la formación recibida en la universidad pública.
Por su origen antártico y los fríos que trae aparejados, esta tecnología fue pensada para lugares donde resulta difícil acceder a terrenos aptos para el cultivo, lo que reviste a este proyecto de una importancia vital para la UNLaM.
Actualmente, la técnica que el INTA viene desarrollado permite cultivar acelga, lechuga, espinaca, tomate cherry, rúcula y frutilla. Por lo tanto, el proyecto irá definiendo el tipo de producción adecuada para este caso, pero que sea de fácil uso y con suministros suministros accesibles para las familias.
Con la satisfacción de aportar recursos humanos y equipos de investigación, el secretario de Ciencia y Tecnología de la UNLaM, Juan Pablo Piñeiro, ponderó esta primera experiencia de vinculación con la comunidad europea que financia el proyecto. También, valoró el que esta Casa de Altos Estudios pueda posicionarse en estos proyectos de investigación, en articulación con el INTA, con un trabajo de alta calidad.
“Nos permite consolidar algunas acciones que veníamos trabajando, con una presencia internacional en investigación, con mérito y jerarquía. Esto es importante por lo que implica la Universidad, por el equipo que se esfuerza a diario y por el aliento para seguir adelante”, concluyó Piñeiro.
Fuente: Prensa de la UNLAM