En entrevista con “El Diario de Malvinas”, la nueva rectora de la UNGS comentó los desafíos que tendrá para los próximos cuatro años de su gestión. Además, resaltó sobre la importancia de la participación en el debate de la reforma del estatuto universitario.
Gabriela Diker fue elegida junto a Pablo Bonaldi por mayoría en la Asamblea Universitaria por 23 votos a favor, 13 en contra y 4 abstenciones que se realizó el 19 de agosto, y a partir de ese momento, para ser las máximas autoridades en la Universidad Nacional General Sarmiento (UNGS). Diker es licenciada en Ciencias de la Educación de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y además, se especializó en el campo de la investigación académica sobre temas de la historia de la educación. Por otro lado, tiene un doctorado realizado en Colombia, mientras que parte de “su producción académica gira en torno de las problemáticas de la infancia y adolescencias en situaciones complejas”. La rectora comentó que ingresó como profesora a la UNGS en el 2003, y al año siguiente concursó un cargo para investigadora docente. “Y desde ese momento, ya estoy acá”, manifestó Diker.
– ¿Cómo fue la postulación para que sea candidata a rectora de la UNGS?
– Yo venía desempeñándome como Secretaria Académica de la gestión del rector Eduardo Rinesi, y anteriormente ya había trabajado en la coordinación de formación en el Instituto de Desarrollo Humano (IDH), cuando Rinesi era el director. Además, esto forma parte de una decisión y proyecto colectivo que sobre todo nos importaba profundizar y dar continuidad a algunas de las cosas que veníamos haciendo en estos años.
– Durante la Asamblea obtuvo votos negativos y de abstención contra su candidatura ¿Cómo va ser la comunicación con estos sectores?
– Espero que la comunicación sea todo lo abierta que requiere llevar adelante una institución tan compleja como esta. Allí hubo votos de oposición, pero yo dije en la Asamblea que no era de oposición personal porque de hecho no hubo una fórmula alternativa, no se propusieron otros candidatos. Y tampoco era una oposición a los principios generales que orienta nuestro proyecto de trabajo. Entiendo que hay una discusión sobre los modos de llevar adelante algunas acciones y algunas políticas, sobre los énfasis y prioridades, los modos en como la universidad se vuelve más abierta, en cómo se democratiza. Por eso creo que esa es una discusión que vale la pena dar. En general, quienes votaron en contra también llevaron allí una suerte de agenda de temas que les preocupa y que yo tomo nota, y que espero que podamos retomar entre todos.
– Aunque por otro lado, tuvo un fuerte apoyo su candidatura de las organizaciones sociales ¿Cómo lo tomó?
– Para mí es un apoyo realmente importante y para la universidad general. Por eso, se intensifica la presencia de las organizaciones sociales, instituciones y actores del territorio dentro de la universidad para que se conviertan en interlocutores nuestros. De esta manera, poder discutir cuestiones que tiene que ver no sólo con la vida de la zona de este territorio sino también con la vida de la universidad. Realmente hace que esta universidad crezca y nos pone por delante un modelo de universidad distinto del tradicional que a mí me interesa mucho profundizar. Por eso, nos importa particularmente el apoyo de estas organizaciones.
– ¿Cuáles son los desafíos para su gestión?
– Los desafíos son muchos. Tenemos un desafío muy importante que es abordar todos los efectos que derivan del crecimiento de la universidad. En estos últimos cuatro años la UNGS creció mucho, tanto en la cantidad de estudiantes como en cantidad de carreras. Al haber un enorme crecimiento genera una serie de desafíos que tiene que ver con albergar una universidad más grande. Nosotros queremos seguir creciendo y al mismo tiempo, le queremos dar un lugar a esto. Otro importante desafío es formalizar la línea de democratización en la vida de la universidad a través de la reforma del estatuto, eso es el gran desafío que tenemos por delante. El estatuto es la norma fundamental de la universidad y tenemos muchos temas sobre lo que queremos trabajar. Y después los desafíos vinculados con ofrecer una formación y producción de un conocimiento capaz de permitirnos abordar los problemas sociales, del desarrollo productivo, del desarrollo urbano, los problemas ambientales, educativos, culturales, etc. que atraviesan en este tiempo la Argentina. Creo que tenemos mucho para decir, para aportar y seguir ampliando los modos de hacer.
– ¿Cómo viene el tema de la reforma del estatuto de la Universidad?
– Por el momento, lo que vamos hacer de acá a fin de año es proponer la discusión en el Consejo Superior de la universidad la agenda de temas que habría que discutir, la información necesaria para discutir, un procedimiento y un cronograma para darnos la discusión mas amplia posible. Esto es necesario organizarlo porque la participación no es genuina. A si que la idea es poder discutir ese procedimiento para que todos los sectores puedan tener su voz en esa discusión. El estatuto requiere de mucho consenso, necesita de los 2/3 de la asamblea para cada modificación. Yo confío en que lo vamos a lograr, obviamente va ser largo porque es uno de los asuntos mas claves de la universidad.
– ¿Cuáles serían los puntos claves para debatir en este estatuto?
– Tenemos la reforma política, revisar la proporción de la representación de los claustros en los órganos de gobierno porque tenemos claustros muy sub-representados, respecto de no sólo su presencia en la universidad sino respecto de otras universidades nacionales. Tenemos que discutir como se gobiernan las carreras de la universidad. Dar formalidad el Consejo Social para que le de institucionalidad a la voz de las organizaciones sociales. Luego tenemos que revisar la estructura organizacional de esta universidad, las funciones de sus institutos. También estamos en el proyecto de crear una escuela secundaria de la universidad y que esto quede expresado en el estatuto. Tendremos que revisar las modalidades y las formas de los cargos de investigador docente que tenemos hoy en la universidad para poder responder a las demandas de una oferta de formación que se amplia. En fin, hay muchos temas. Hay algunas cosas que ya han cambiado, o sea, el estatuto nos quedó viejo para lo que ya hizo la universidad.
– El ex Rector Rinesi considera que la universidad no es sólo un espacio para lo académico sino que también debería ser un espacio para el debate de la política, economía, sociedad, cultura, etc. ¿Qué opina sobre esto?
– Nosotros le vamos a dar continuidad a ese principio, creemos que la Universidad tiene que tener una voz en los debates de temas de interés público, y una voz para aquellos que producen conocimiento. Y en este sentido, hay que amplificar los modos de circulación del conocimiento que se produce en la universidad y que permite también construir posicionamiento político. Y para eso, ya tenemos en funcionamiento la radio hace ya año, que habrá que consolidar y discutir que queremos decir. Además en poco tiempo, va a funcionar el estudio de producción audiovisual, y vamos a tener la opción de generar un canal de televisión para la zona. La idea de convertir nuestra oficina de publicaciones, en dónde amplio mucho su trabajo, para convertirla finalmente en una editorial. Son todas cuestiones que nos va a permitir diversificar la palabra de la universidad y empezar a llegar a otros públicos.
– ¿Cómo va ser el diálogo con los gobiernos municipales?
– Seguirá siendo en la línea que históricamente viene llevando adelante ese vínculo. En algunos temas es de cooperación y en otros temas de preservación de autonomía. En Cualquier caso, los vínculos con los gobiernos locales son siempre complejos y los modos en que van discurriendo son también cuestiones que la universidad tiene que decir, no es una decisión de la rectora.
– ¿Qué le diría a un estudiante que tiene ganas de elegir una carrera en la UNGS?
– Yo le diría que esta es una universidad que se propone ser hospitalaria con todos los jóvenes que expresen su voluntad de estudiar acá. Cuando digo ser hospitalaria, significa en darles un lugar. Es una universidad donde además ofrecemos un tipo de formación y carreras interesantes, novedosas muchas de ellas, que puede responder muy adecuadamente a los intereses de los jóvenes. Y nos preocupa ante todo en asegurarles a ellos su derecho a estudiar y a graduar.
– ¿Qué opina sobre la educación universitaria a nivel nacional?
– Yo creo que en los últimos años se va construyendo de a poco un sistema universitario, esto en un absoluto respeto de las autonomías de las universidades. Hay cada vez más espacios de acuerdo sobre algunas políticas comunes para el sistema universitario. Una son todas las que tiene que ver con la seguridad de mantener el derecho a la educación superior. Y las políticas del estado nacional han ido en esa dirección. Esto se ve en la creación de nuevas universidades y expansión de las carreras. El muy significado incremento en el presupuesto que disponen las universidades también apunta hacia esa dirección y creo que todas las universidades o casi todas estamos trabajando hacia esa camino. El dia que asumí dije que el derecho de la educación es por definición universal, por lo tanto, garantizar su ejercicio no es el asunto de una sola institución sino que es del todo el sistema y es un asunto de las políticas.
– ¿Qué siente ser rectora?
– Es una responsabilidad enorme y que me honra con el voto mayoritario de la asamblea. Es un trabajo que está en línea con mi historia dentro de las universidades públicas. Yo me he formado en el sistema de la educación pública y también he participado muy activamente en la vida política desde todos los claustros en donde estuve como estudiante, graduada y profesora. Por lo tanto, tratar de que la universidad haga las cosas de la mejor que pueda es algo que siempre me interesó y que ahora lo haré de este lugar.