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Personas privadas de la libertad se suman al proyecto de adiestrar perros de asistencia

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Un grupo de personas privadas de la libertad de una de las cárceles bonaerenses de Sierra Chica comenzaron un curso para adiestrar a perros de asistencia y este miércoles se puso en marcha con la presentación de tres cachorros labradores los que serán preparados durante el próximo año y medio.

La experiencia de capacitación se desarrolla en la Unidad 27 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y cuenta con el aval del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.

La propuesta solidaria en el adiestramiento de perros de asistencia se efectuará a través de Bocalán Argentina, una asociación civil sin fines de lucro, destinada a fomentar la inclusión social y autonomía de las personas con discapacidad mediante el entrenamiento y entrega de Perros de Asistencia, y el desarrollo de intervenciones asistidas con animales.

La Directora y fundadora de la organización, Margarita Ziade, junto a la instructora de perros de asistencia Fernanda López Ayala y en representación de la Dirección General de Asistencia y Tratamiento del SPB, Andrea Bartolomé, llegaron a la Unidad 27 para entregar tres cachorros de raza Labrador de cuatro meses de edad.
Un equipo de doce internos y agentes penitenciarios serán los encargados del adiestramiento de los animales, dentro y fuera de la dependencia.

La comitiva fue recibida por Jefe del Complejo Penitenciario Centro Zona Sur, Abel Ramírez, quien estuvo acompañado por la directora de Unidad, Evangelina Zalazar, los subdirectores Gabriel Suárez, Gastón Larretape y Vanesa Bahl, junto al personal de las diferentes áreas que trabajarán con los animales y los internos.

Hace poco más de un año el programa “Entrenamiento de perros de asistencia en las unidades penitenciarias” se implementó en la Unidad 48 de San Martín y debido a los excelentes resultados obtenidos, el subsecretario de Política Penitenciaria, José González Hueso y el jefe del Servicio Penitenciario Bonaerense, Xavier Areses decidieron expandirlo e implementarlo en la Unidad 27.

Ziade comentó que Andrea Bartolomé “nos contactó porque tenía un proyecto en el que buscaba incluirnos como profesionales de la salud para poner en marcha la intervención asistida con perros en la Unidad 33, ubicada en el barrio de Los Hornos en La Plata, donde se alojan madres con sus hijos. Si bien eso lo llevamos adelante de una forma diferente, yo tenía la inquietud de hacer el programa en cárceles porque el entrenamiento de perros de asistencia en penitenciarías es algo que existe hace más de 30 años en Europa y EEUU”.

Los internos que finalicen el proceso con los hermanos Lío, Cabsha y Tinto, como se llaman los Labradores, recibirán un certificado de Bocalán como adiestradores.

Los profesionales de la organización vendrán a Sierra Chica cada 15 días para evaluar los avances y para continuar la capacitación hasta que los animales estén en condiciones de iniciar el proceso de entrega a su destinatario final.

En la Unidad 27, el equipo estará integrado por los perros, los internos, adiestradores de Bocalán y agentes penitenciarios, entre ellos autoridades, que serán los responsables del cuidado y adiestramiento durante los fines de semana y en la vía pública.

“El éxito de este programa depende del trabajo en equipo, internos, agentes, perros y nosotros como parte de la organización somos parte de un equipo de trabajo que debe tener muy en claro cuál es el objetivo: que estos perros lleguen a su estándar, a su meta que es ser entregados como perros de asistencia. Este trabajo nos transforma a todos, estamos trabajando para que este perro salga, por ello nos iguala aunque estemos en situaciones diferentes. Agentes e internos persiguen el mismo objetivo, que los excede y que es mayor que cada uno de nosotros, se trata de cambiarle, mejorarle la vida a quien lo necesita”, destacó Ziade.

Bocalán trabaja para niños con autismo o para personas en silla de ruedas, analizan diferentes variables que determinan a quién puede estar dirigido el animal.

Respecto a la experiencia, Andrea Bartolomé manifestó su entusiasmo: “El resultado en la cárcel de San Martín es excelente, les encanta el trabajo, llevan a los perros a todos lados y están pendientes del trabajo que tiene que hacer el animal, los cuidan muchísimo. Los perros son muy queridos y le devuelven mucho al interno, se vuelven su compañero en una situación, en un momento de su vida que no es la mejor. Con respecto al momento de la entrega del animal, los internos participan y el proceso del duelo se suaviza porque hay un beneficio mayor que es la ayuda a alguien que lo necesita para mejorar su vida”.

Este Proyecto busca, además de capacitar, redignificar al interno brindándole la posibilidad de ser parte de una acción conjunta cuyo fin último es lograr cambios significativos en la vida de personas con capacidades diferentes.

Fuente: Prensa del Servicio Penitenciario Bonaerense

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