En el marco del día de la Independencia y de la firma del denominado como “Pacto de Mayo” impulsado por el Ejecutivo nacional, el espacio político Libres del Sur emitió un comunicado al respecto. Y estuvo firmado por sus representantes: Humberto Tumini, Silvia Saravia, Jorge Ceballos, Daniela Gasparini, Isaac Rudnik y Gabriela Sosa.
Comunicado:
En primer lugar, porque los diez puntos constitutivos del mismo, más allá que sus definiciones sean genéricas, representan sin lugar a dudas el ideario de la derecha liberal y antipatria de nuestro país. La misma que ya los llevó a la práctica en los gobiernos de la Dictadura, Menem y Macri; principales responsables, por lejos, de nuestra decadencia nacional desde 1976 a la fecha.
En segundo término, porque se firma un acuerdo con un gobierno como el actual, responsable de profundizar a niveles inéditos la pobreza de la mayoría de nuestros y nuestras compatriotas; por la vía de un enorme traslado de ingresos a los más ricos, a los bancos y grandes empresas. Conculcando para ello todo tipo de derechos y conquistas y argumentando que la justicia social es una “aberración”.
De una administración que se dispone, una vez más, a la entrega de nuestros recursos naturales a la voracidad de las multinacionales. Que busca desindustrializar el país, destruyendo producción y empleo nacional al abrir la economía como hizo Cavallo. Y que esgrime las armas represivas del Estado contra todo el que proteste por las políticas y medidas antipopulares que se despliegan.
De un gobierno que en nombre de la “libertad” ataca la educación, la salud y la ciencia públicas. Que se dedica a insultar y amenazar a los artistas, profesionales, intelectuales y periodistas, que lo contradicen o desenmascaran. Que muestra abiertamente su reivindicación de la Dictadura militar, negando sus crímenes e intentando frenar la búsqueda de los bebés y niños/as apropiados por los bárbaros.
Finalmente, es un Pacto para lavarle la cara a un infame presidente que si pudiera regalaría Las Malvinas a los ingleses. Que establece “relaciones carnales” y de subordinación a los EEUU. Que se precia de ser amigo y aliado de la más despreciable y retrógrada derecha mundial y, al mismo tiempo, insulta y desprecia a gobiernos progresistas de la región y del mundo.
Por todo ello nuestro repudio y rechazo a lo que se acaba de firmar en Tucumán.
La Argentina necesita, efectivamente, de hace tiempo ya, un pacto de unidad nacional; que siente las bases para la recuperación del país. Pero que esté en las antípodas de este que se acaba de rubricar.
Debe ser un acuerdo para el desarrollo productivo sustentable de nuestra nación. Que conlleve además igualdad, justicia y movilidad social ascendente. Con un Estado fuerte y eficiente que intervenga en la economía para controlar a las dañinas fuerzas del “mercado”; defendiendo e impulsando la producción nacional, cuidando y generando empleo, evitando el saqueo de nuestras riquezas para que puedan ser usadas en beneficio de los argentinos/as.
Un pacto que desconozca por fraudulento el actual acuerdo con el FMI, que drena y drena renta nacional hacia los usureros del mundo; los que, encima, nos imponen lo que debemos hacer en función de sus intereses y no de los nuestros. Como así también para llevar adelante una reforma impositiva progresista, donde paguen más aquellos que más tienen; de manera que las cuentas públicas cierren sobre sus espaldas y no sobre las del pueblo.
Que garantice federalismo en serio, no para la galería mientras se les recorta recursos a las provincias. Donde se industrialicen en origen nuestros recursos naturales y se apoye a las economías regionales, para lograr un crecimiento armónico de la nación toda. Contemplando el desarrollo de la ciencia y la tecnología, con presupuesto adecuando y vigoroso apoyo estatal, si queremos acercarnos realmente a los niveles mundiales y no atrasarnos y subordinarnos en ese terreno cada vez como pretende Milei.
Un acuerdo entre todas las fuerzas nacionales, populares y progresistas para que la sociedad participe de la solución a los problemas nacionales; y no sea convidada de piedra en acuerdos espurios como el de Tucumán, que va manifiestamente en contra del país y la mayoría de su gente.
Donde el compromiso de los firmantes sea que se mantenga profundo el repudio a los crímenes de la Dictadura y flamee bien alto la bandera del Nunca Mas, con Memoria, Verdad y Justicia. Desterrando la política de represión a la protesta social de una vez por todas.
Como así también de tener una sociedad en el que cuidar el ambiente sea una verdadera prioridad. País en el que, además, sean inalienables y ampliados cada día los derechos de las mujeres y a la diversidad sexual.
Un acuerdo que respete a raja tabla el acta de nuestra Independencia: “Ser libres de toda dominación extranjera”. Que significa, en definitiva, ser una nación soberana en serio y no de palabra. Para defender y promover la unidad latinoamericana, para hacer acuerdos con las naciones que nos convenga sin aceptar las presiones de las poderosas, para defender las causas justas en este mundo tan injusto. Para decir bien fuerte que Las Malvinas son argentinas y que la Patria no se vende.